Todo comienza en los campos de Torres de Albarracín, donde nuestros dedicados agricultores cuidan con esmero cada planta de patata, garantizando su fortaleza y salud. Tras la cosecha, las patatas son sometidas a un minucioso proceso de lavado para eliminar cualquier impureza. El pelado y corte se efectúan con maquinaria de vanguardia. Posteriormente, las patatas se envasan al vacío para preservar su frescura y evitar la oxidación, asegurando que lleguen a su mesa en condiciones óptimas.